4 de febrero de 2017

Dibujo y Mindfulness

Todo el mundo puede dibujar, lejos de ser un don especial que sólo algunos artistas poseen, dibujar puede ser tan natural e instintivo como respirar, siempre y cuando lo permitamos. Cuando dibujamos con atención plena, ese acto tiene el poder de llevarnos a una relación profunda con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea, volviendo un simple acto creativo en juego, en danza, en movimiento, en un camino hacía una profunda conexión con la vida.


Los niños dibujan de manera instintiva y generalmente sin pensar demasiado: Ponen una cera sobre el papel y hacen marcas, sin apenas tener un sentido que juzgue el trabajo como un "dibujo bueno" o un "dibujo malo". Ellos sencillamente dibujan. Y sobre eso trata el siguiente post: Simplemente Dibujar.

En la práctica del mindfulness o atención plena solemos poner el foco de atención en las sensaciones de nuestro cuerpo y en la respiración, podríamos decir que el foco en nuestro cuerpo y en el fluir de nuestra respiración es nuestra ancla. Cuando dibujamos con atención plena, es el movimiento del lápiz sobre el papel, la coordinación de ojo y mano y nuestro propio dibujo lo que se convierte en nuestro foco.

Si mantener la atención en algo durante más de cinco minutos es un problema para nosotros, el dibujo puede ofrecernos una solución. El simple acto de hacer marcas en un papel puede ser de gran ayuda cuando tenemos estrés o simplemente dificultades para calmar nuestra mente, nuestros pensamientos.

Cuando nuestra mente se calma, cuando hemos sido absorbidos por el flujo del dibujo, pasa algo casi mágico, dejamos de estar tan preocupados, de darle vueltas a la cabeza y empezamos a notar el mundo a nuestro alrededor.

Es un proceso dinámico, el cual nos invita a ser conscientes, no solo de nuestra mente, sino también de nuestro cuerpo, de todo nuestro ser. Todo lo que necesitamos hacer es simplemente dibujar.



Un ejercicio de dibujo para comenzar:
Garabatear



Os propongo un simple ejercicio de dibujo, para el cual podéis emplear tan sólo 5 minutos.
Necesitarás un folio A4 y un boli o un lápiz.

· Siéntate cómodamente, sujetando el lápiz como lo harías normalmente. Deja descansar la punta sobre el papel y cierra los ojos.

· Toma unos segundos para sentir la sensación del lápiz entre tus dedos. ¿Cómo lo sientes? ¿Lo estás sujetando con tensión, débilmente? ¿Cómo es la superficie del lápiz? ¿Es suave, rugosa, porosa? ¿Qué partes de tus dedos entran en contacto con el lápiz? ¿Las yemas de los dedos, alguna articulación?

· Mientras mantienes los ojos cerrados, empieza haciendo algunas formas en el papel. Pueden ser espirales, líneas rectas, onduladas, zig-zags, o simplemente una combinación de todas las formas que te apetezca.

· No trates de dibujar nada en concreto. No estás haciendo un dibujo realista ni nada de tu imaginación, simplemente unos garabatos, unas marcas.

· Cuando te sientas un poco aburrido o cansado de una forma, cambia el foco de atención a otra diferente y vuelve de nuevo la atención a la sensación de tu mano dibujando, sujetando el lápiz. Sigue dibujando. Sigue haciendo garabatos simplemente porque te hace sentir bien, sin expectativas, simplemente permitiéndote estar en el momento presente.

Más sobre el tema: Greenhalgh, W. A. (2020). Mindfulness & the art of drawing: A creative path to awareness. Leaping Hare Press.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario